Herida de humillación: víctima-verdugo
Cuando vives durante mucho tiempo tu herida de humillación, llega un momento en el que dejas de ser la víctima para convertirte en el verdugo.
Antes de continuar en este artículo, quiero honrar todo el dolor que has recibido por ese hombre, o por esos hombres.
Para nada quiero quitarles responsabilidad en todo lo malo que te han entregado en esas relaciones que has vivido.
Aún así, cuando traes la herida de humillación de cuna, te haces experta en convivir con hombres muy egoístas y manipuladores. Ahí fuera se les suele llamar narcisistas…
En el fondo, da igual como les llamemos, pero te han hecho sufrir muchísimo y durante mucho tiempo has sido la víctima en tus relaciones.
Claro, has compartido muchos años al lado de un patrón muy oscuro, con muchos vacíos infantiles y has aprendido a manipular.
Conoces al dedillo los comportamientos de abuso de un hombre así.
Hiciste un master en abuso emocional, chantaje, triangulaciones, vejaciones, comparaciones, exigencias…
Desde tu herida de humillación, aprendiste con exactitud a vigilar cada uno de sus movimientos.
¿Por qué?
El ciclo del amor narcisista, es un ciclo que se mueve del premio al castigo.
Entonces, este romance tóxico, genera en ti un estado de hipercontrol, porque no sabes cuando va a llegar la próxima bofetada emocional, o física.
Con el paso del tiempo, llega un momento que ya sabes lo que toca, y claro como animal, ante un peligro, te adelantas a él y te defiendes.
Aprendes a manipular, porque quedas impregnada de su energía siniestra.
Sabes exactamente como dejarle KO en una discusión, sabes exactamente cuál es su punto débil para parar su maltrato.
Pero no sabes que esto es un comportamiento super peligroso.
Porque si te pones a su altura, puedes provocar un estallido de violencia en él, que luego repercutirá en ti.
Estás jugando con fuego cariño mío.
Aunque creas que tienes el poder sobre él en ese momento, tarde o temprano, el intentará actuar para colocarte bajo su yugo de nuevo.
Tu herida de humillación, después de esos ataques, te hará sentir muy culpable y te será muy complicado salir de ahí.
Pues él incluso, se hará la víctima ante ti para demostrarte que la mala y perversa eres tú.
Tu entrarás en una disonancia cognitiva a través de la cual perderás la cordura y no sabrás que es real y que no lo es.
Mi recomendación es que salgas de esa relación sin avisar, sin darle pistas de que lo vas a dejar.
¿Quieres sanar tu herida de humillación y abrirte al amor saludable?
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No tengas en cuenta la fecha en la que lees este texto.
Las heridas emocionales son mi especialidad y no paro de trabajarlas a través de estos procesos terapéuticos mensuales y online.
En unos días comienza la próxima edición.
Ven que te arropamos.
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¡Eres bienvenida!
Un abrazo Mujer Poderosa.